Nuestro chico tiene mucha energía, pero un gran potencial.

Es muy noble, listo y tremendamente cariñoso, un diamante en bruto.

Sociable. Activo. Juguetón.

Fue encontrado en una bolsa de plástico, en medio del campo. Él y dos cachorros más (uno ya estaba muerto). Después de sobrevivir de forma casi milagrosa encontramos una familia para él. Tuvo su final feliz, pero su suerte se volvió a truncar. Tubo de que abandonar la única casa que conocía. Sus adoptantes, ante una situación difícil, dieron la espalda a Rocky y no le hicieron la vida fácil, tanto que, al recogerlo, pudimos ver que tenía secuelas tales como ansiedad y miedo a ciertas personas, sobre todo a los hombres. Poco a poco ha ido cogiendo confianza y, aunque no la ha recuperado del todo, sí ha habido un gran cambio.

Aún tiene que aprender, pero nada que la paciencia y el cariño no puedan conseguir.